Exposición «100 años ayudando» de la Fundación Rodríguez Fabrés

ARCHIVO FXG: Virgen de la Vega. Fundación Rodríguez Fabrés

La imagen de la Virgen de la Vega realizada en los Talleres de Arte de Félix Granda en 1917, en el momento de su finalización.

Recorte de El Salmantino, de 14 de abril de 1917.

Llegan los últimos días en los que podrá verse la exposición con la que la Fundación Rodríguez Fabrés de Salamanca conmemora su centenario. Su capilla, retablos y otras piezas de arte sacro fueron realizadas por don Félix Granda a comienzos del siglo XX, quedando en la ciudad un recuerdo muy grato del artista. En 1917, con ocasión de una visita de Granda a Salamanca, el diario El Salmantino publicaba un pequeño artículo de Quilón Quilónides (pseudónimo del también presbítero Francisco Romero, colaborador habitual en la prensa local). Ofrecemos aquí un estracto del mismo y su recorte:

«Abro un paréntesis en estos artículos que estoy dedicando al Asilo de la Vega, para hablar de una cosa que para nosotros y accidentalmente se encuentra con él estrechamente enlazada.

Félix Granda y Buylla, se encuentra en Salamanca. ¡Bienvenido el huésped ilustre y séale al artista grata la estancia en esta ciudad, cuna de la sabiduría y relicario del arte!

Su estatura elevada y majestuosa, sus cabellos largos, su frente despejada y genial, sus ojos con algo de melancolía y mucho de vaguedad, como quien está de continuo deleitándose en la contemplación de ideales sublimes, encuadran bien entre estas filigranas de nuestros grandes monumentos y estas bellezas de nuestros viejos edificios artísticos. ¡Bienvenido! (…)

El genio se abre camino, y Grabda Buylla es un genio. Es pintor delicadísimo e inspi[r]ado, escultor valiente y original, orfebre primoroso y preciosista. Pero el secreto de su éxito está en ser el gran restaurador del primitivo arte cristiano y el gran apóstol del simbolismo en el arte. Él mismo lo dijo hace tiempo en un artículo titulado «Mi propósito», «una labor que arranque de sus mismos orígenes: beber en las mismas fuentes que inspiró al arte en sus épocas más gloriosas, y todo esto sentido y ejecutado con cuidadoso estudio…» Lo cual no quiere decir que le falta a Granda naturalidad, pues es un amante convencido del sano naturalismo en el arte. (…)

En Salamanca ya le conocíamos por la custodia riquísima y magnífica que hizo para nuestro gran Asilo. Ahora nos ha traido otras dos obras primorosas: un catafalco para el sepulcro de Rodríguez Fabrés y una copia de la auténtica Virgen de la Vega.

No hemos visto el primero, pero de la segunda podemos afirmar que es una joya. Hemos oído decir al artista que la ha trabajado con verdadero amor. Es la misma Virgen de la Catedral, pero remozada, modernizada; tiene la misma postura hierática y la misma cara simplona en las figuras, pero sin la rigidez e inexpresión antigua, sino con más flexibilidad y vida. Los entendidos la han encontrado maravillosa, y yo a su voto me atengo.

Sirvan, pues, estas líneas, trazadas al correr de la pluma, de tributo de admiración al ilustre artista, y de testimonio afectuoso de que aquí sabemos conocerle y amarle.

Si le encuentras, lector, en una de las calles de nuestra vieja ciudad artística, mírale pasar con asombro y descúbrete, como debemos descubrirnos los hombres ante la excelsa figura de los genios.»

Desde nuestra Fundación, trasladamos nuestra más sincera enhorabuena en su centenario a la Fundación Rodríguez Fabrés, deseándole que prosiga con su magnífica labor en los próximos cien años.

Más información:

Página web de la Fundación Rodríguez Fabrés: http://www.fundacionrodriguezfabres.es

– Sobre la exposición: http://www.fundacionrodriguezfabres.es/index.php/20-expo/23-exposicion

El Salmantino, 14 de abril de 1917

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